Cao Guojiu o Ts’Ao Kuo-Chiu fue el dios más joven en unirse al grupo de «los ocho inmortales» pertenecientes al templo taoísta de la mitología china. Ts’Ao Kuo-Chiu pertenecía a la familia real Cao, siendo tío de un emperador de la dinastía Song. Al igual que Chung Li Ch’uan, Ts’Ao abandonó su antigua vida llena de lujos y se incursionó en los caminos del taoísmo.
Es el protector de los actores, generalmente se le representa como un hombre mayor con una barba larga, pero de aspecto más jovial que el resto de «los ocho inmortales», su vestimenta consta de un traje que usaba durante su instancia en la corte real.
Separación de la familia real: ¿Cómo sucedió?
La razón por la que Ts’Ao Kuo-Chiu decidió apartarse de su familia, fue su hermano menor Cao Jingzhi quien habría asesinado a un hombre, pero debido a que la familia Cao estaba vinculada a la realeza de China, ninguna persona se atrevía a denunciarlo por miedo a repercusiones, esto llenó de conmoción Ts’Ao Kuo-Chiu e hizo que decidiera abandonar su cargo en la corte real y abandonara a su familia para vagar por el mundo.
Durante su primer viaje largo, decide tomar un barco y cuando se encontraba a punto de pagar al barquero con una enorme placa de oro, un extraño dentro del barco le ofrece pagar su viaje si arrojaba dicha placa al rió, Ts’Ao así lo hizo e inmediatamente aquel extraño se reveló ante él como Lu Tung-Pin, quien era uno de los inmortales. De esta forma comenzaría la vida de Ts’Ao Kuo-Chiu en las enseñanzas del taoísmo.
Ts’Ao Kuo-Chiu y su ascenso a la inmortalidad
Cuenta una de las leyendas que un día mientras Ts’Ao Kuo-Chiu se encontraba meditando, dos ancianos se acercaron a él y decidieron interrogarlo con la excusa de que las personas a los alrededores comentaban que se dedicaba al cultivo, pero estos jamás habían observado siembra alguna en los alrededores de aquel lugar. Ts’Ao respondió que su vida la dedicaba al cultivo del taoísmo, a lo que los ancianos replicaron preguntando dónde se encontraba el tao, a lo que este respondió que se encontraba en el cielo.
No satisfechos con la respuesta los ancianos preguntaron a Ts’Ao Kuo-Chiu donde se encontraba el cielo, a lo que este contestó señalándoles su propio corazón. Luego de esta pequeña platica ambos ancianos se presentaron a si mismos como inmortales diciendo: «tu corazón es uno con el cielo y el cielo es uno con el Tao. Desde luego has llegado a un profundo conocimiento», compartieron con él los secretos de la armonía y lo convencieron de unirse a los inmortales junto con ellos, separándose en definitiva del mundo material.